domingo, 1 de septiembre de 2013

Espíritu de equipo

Trabajar en grupo es una necesidad de los seres humanos. Pero es algo no innato, es adquirido. Formar parte de un equipo de manera efectiva requiere un aprendizaje.
Muchas veces nos hemos enfrentado al fracaso de las tareas en grupo que planificamos, y en la mayoría de los casos porque dábamos por sentado que nuestro alumnado sabía cómo encarar esa tarea "en equipo".
 Desde mi experiencia hay dos problemas principales. Uno concierne a la presentación y naturaleza de la tarea a desarrollar y depende, casi en exclusiva, del trabajo docente. El otro es la falta de experiencia del alumnado en formar parte de equipos eficaces.
Los chicos y chicas  acumulan experiencias de pertenencia a diferentes grupos, pero la mayoría de las veces esos grupos no son "equipos" ya que no responden al desarrollo de una actividad en común con el fin de lograr unos objetivos.
El equipo tiene una estructura más organizada desde el momento que tiene una finalidad, el grupo puede responder a una necesidad individual (me siento bien con mis iguales) e incluso casual (nacimos en el mismo año), el equipo encamina sus acciones a un objetivo común. Los niños y niñas empiezan a tener experiencia de equipo, como de la mayoría de las cosas, a través del juego; en este caso del juego reglado que establece un objetivo claro a conseguir. En ese caso colaborar con otros puede resultar ventajoso y ese es el primer paso para dejar a un lado el individualismo y empezar a colaborar.
En sexto estoy llevando a cabo experiencia con grupos muy heterogéneos y que funcionan durante un tiempo bastante largo, un trimestre o más. Les voy encargando diferentes tareas dentro del programa de EF y, a la vez, vamos trabajando en aspectos de tipo afectivo y de desarrollo social. La mayor dificultad de estos grupos es que sus miembros no han elegido pertenecer a él pero deben trabajar coordinadamente para obtener buenos resultados en las tareas que se les encomiendan. Las habilidades sociales de cada uno de los miembros, más o menos desarrolladas, facilitan o dificultan el proceso. En todos los equipos hay problemas de este tipo y uno de los objetivos principales de la experiencia, es llegar a superarlas mediante un adecuado desarrollo personal y grupal de habilidades que parten siempre del respeto, la aceptación y el compromiso con los demás.
El primer paso a dar es el desarrollo del "espíritu de equipo" un sentimiento de pertenencia que liga a todos los miembros desde el punto de vista emocional. El grupo es una referencia, un apoyo, un marco seguro que desarrollamos desde la confianza. Para conseguirlo  cada, una o dos semanas, se les propone una dinámica, un reto, una empresa que deben intentar realizar colectivamente (digo intentar porque es frecuente que alguno de los miembros del grupo no quiera colaborar  o que el reto no llegue a realizarse con éxito por completo).
Estas es la secuencia de dinámicas que he puesto en práctica. Las actividades 1 a 5 han tenido una periodicidad semanal, de la 7 a la 10 quincenal.

1.- Elegid vuestros colores.- Con un documento de base que contiene el significado de  varios colores deben elegir por consenso un máximo de tres, acordes con los valores que quieran identificarse.
2.- El escudo y el lema.- Con la base de color decidida, realizar un "escudo de armas" para el equipo acompañado por un lema consistente en los valores representados por los colores elegidos. Cada miembro del equipo realizará un modelo y elegirán el definitivo entre todos, por votación o consenso.
3.- Todos para uno.- Añadir al poster una fotografía colectiva y otra de cada miembro del equipo. Relizar varias pruebas y decidir cuales poner. Utilizar un programa de edición de imágenes para dar efectos y añadir detalles a las foto dentro del conjunto
4.- Elegir una mascota.- Buscar un animal o personaje de nuestro gusto que nos represente y dibujarlo en forma de mascota. Buscar ejemplos de diferentes mascotas de equipos deportivos y realizar el trabajo entre todos
5.- Lo mejor de mí mismo, lo mejor de nosotros.-Puesta en común de nuestros puntos fuertes. Observar a nuestros compañeros/as de equipo y anotar dos valores o aspectos positivos de cada uno de ellos/as. puesta en común y añadirlas en forma de reseña en el poster junto a la foto de cada uno de los miembros
6.- El paseo de la fama.- Elegir un nombre para el equipo que resulte significativo para todos. Presentación del poster al resto de los equipos. Uno de los miembros del equipo actuará de portavoz en una "rueda de prensa" moderada por la maestra. Cada equipo debe llevar tres preguntas, una para cada equipo.
7.- Que se oiga nuestra voz- Entre todos  crear un grito de ánimo para el equipo, para  utilizarlo como motivación. Puede ser onomatopéyico, una rima, acompañarse de palmas...
8.- Mudamos la piel.- Cada miembro del equipo cuenta a los demás algo de sí mismo/a que le gustaría cambiar. Entre todos deliberan si es posible o no hacerlo y si pueden ayudar. Esa tarea es importantísima para que se fortalezca la confianza interna del grupo. Se toma nota de las conclusiones pero no se hacen publicas.
9.- Nos crecemos ante los retos.- Identificar los principales problemas del equipo con ayuda de una rúbrica. Proponer soluciones
10.Ahora SOMOS UN EQUIPO .- El equipo elabora un documento donde todos se comprometen a superar las dificultades y a realizar una tarea y actividad en común.
Al finalizar las diez dinámicas los equipos tuvieron que enfrentar la realización de varias tareas que requerían la participación y el compromiso de todos los miembros. La primera de ellas ellas fue entrenarse y superar un reto de fitness. Para superarlo el equipo debía conseguir cierta cantidad de puntos en una serie de pruebas para las que entrenaron y se prepararon para conseguir la mejor puntuación.
La segunda tarea consistió en idear e ir probando retos de habilidad que implicaran a todo el equipo, trabajar para superarlos y luego proponer dichos retos a los demás equipos que debían entrenar a sus miembros para superar la mayor cantidad de retos posibles.

El trabajo estuvo lleno de discusiones, desencuentros, acuerdos y grandes proezas de esfuerzo y superación, aunque hubo un par de personas que no quisieron apoyar a sus equipos y se desengancharon del trabajo en el segundo trimestre. A éstos les propuse tareas individuales alternativas pero tampoco se tomaron interés en desarrollarlas. La evaluación de la experiencia por parte del alumnado fue muy positiva aunque todos apuntaban a lo difícil que había sido encontrar su sitio en el equipo. Muchos reconocían no haber conocido en realidad a algunos compañeros y compañeras hasta este curso a pesar de haber pertenecido a la misma clase desde primero y también el haber descubierto en sus compañeros y en ellos mismos, cualidades y valores que ignoraban.

Desde mi punto de vista la experiencia ha sido muy valiosa, aunque para el curso próximo realizaré algunos ajustes en la temporalización y extenderé algunas tareas preparatorias al quinto curso. También tengo que trabajar en la definición de los objetivos y criterios de evaluación de las tareas para que sean más comprensibles para el alumnado.
Animaos a realizar esta experiencia u otra similar, cambiará vuestra visión de la EF

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